El Expresionismo alemán, del que hable anteriormente, llevó a los artistas de la Europa del Norte a una lucha por un nuevo mundo. Querían pasar del universo existente a su utopía con bases artísticas. Estos artistas si contaron con una agenda política y social, a diferencia de las fieras salvajes en Francia. Ellos mismos se dieron el nombre de Die Brücke, El puente, pues eran el vehículo y guía para la nueva sociedad pensada.
Los miembros del grupo, reunidos en la ciudad de Dresde, eran artistas jóvenes, que pretendían llevar un nuevo tipo de arte y estilo de vida. En general abarcaron la visión de un mundo pesimista; entendiendo que la juventud era la única alternativa que tenía Alemania para lograr un cambio social.
Ernst Ludwig Kirchner, The Soldier Bath.
Todos los pintores eran expresionistas y abandonaron y rechazaron la educación formal del arte, pensando despectivamente del fauvismo, que lo veían como muy idealista y superficial. Para algunos historiadores del arte el Die Brücke es la evolución del expresionismo, para otros es una categoría o etapa del mismo.
Ernst Ludwig Kirchner, Cinco Mujeres en la Calle.
Los artistas del Die Brücke plasmaron lo peor del mundo en que vivían. Mientras Matisse quería trasmitir tranquilidad y placer desinteresado, los expresionistas alemanes querían excitar e incitar al público; donde el primero evitaba los problemas de la vida moderna, los últimos se sumergían en ellos. Los expresionistas sentían empatía por lo impuro, lo miserable y lo oprimido de la Tierra.
Aunque se suele ver al Die Brücke como un movimiento dentro del expresionismo alemán, se debe tener presente su base filosófica existencialista basada en Frederich Nietzsche como inspiración y una visión contraria al pensamiento cristiano. Para ellos el ser humano no tenía prueba de una vida lejana, el hombre tenía que vivir para hoy sin esperar el consuelo de una futura vida mejor.
De acuerdo a ellos, el hombre para superarse no necesitaba depender de un dios sino de sí mismo, para lograrlo debía trascender de su condición actual creando al “superhombre”. El resultado final sería una sociedad armónica sin dependencia de nadie.
El Die Brücke entendía que ellos podían construir “el puente” para pasar del hombre al superhombre. Su enfoque se centró en la juventud, pues la revolución debía nacer desde la base de la sociedad. Los artistas de el puente formaron una comuna en la que vivieron bajo sus propias leyes y al margen de las normas sociales de la época. El Die Brücke no era un nombre o un simple movimiento, era un estilo de vida en todo el sentido amplio de la palabra.
Aunque criticaron al fauvismo y a Henri Matisse, esto no quiere decir que no se dio una retroalimentación entre las dos vanguardias. Ambos movimientos creían en la separación del color de su función descriptiva y tenían a Nietzsche como instructor filosófico.
Ernst Ludwig Kirchner, La Torre Roja de Halle.
El expresionismo empleó imágenes religiosas grotescas con Emil Nolde, el Die Brücke continuó con esta línea representativa y añadió a los marginados como protagonistas de su práctica. El impasto era la técnica grotesca por excelencia y la ciudad volvió a sus bases renacentistas en las que se convirtió en el centro de intercambio cultural.
A pesar de reconocer la importancia de la ciudad, para el Die Brücke las ciudades eran la herencia de generaciones anteriores, desgastadas y miserables. En su gran mayoría, los miembros eran hijos de la burguesía y como tales adoptaron la tradición de vivir en las afueras de la ciudad.
El arte del Die Brücke fue uno impulsivo y contó con la participación activa de mujeres. Un ejemplo fue Paula Modersohn, quien se concentró más en temas personales como la mujer y la fertilidad y no se inclinó tanto por la mirada social y política. Muchas otras mujeres fueron acogidas en las comunas como musas.
Paula Modersohn-Becker, Selbstporträt.
Uno de mis artistas favoritos, fue uno de los miembros más destacados del Die Brücke; Egon Schiele. Egon mostró una visión más explicita y cruda, una crítica al arte tradicional y a la representación de la mujer a través de la historia del arte. (Mi análisis de Egon Schiele aquí.)
Egon Schiele, Autorretrato, 1910
Los pintores del Die Brücke querían denunciar las atrocidades del ser humano para cambiarlas. Más que una nueva estética del arte se centraron en crear una nueva ética. En mi opinión, más allá de la innovación y experimentación, fue el carácter de crítica y protesta lo que destacó del Die Brücke como movimiento artístico y vanguardia del siglo XX. En mis palabras diría que más que Der Blaue Raiter, fue el Die Brücke el movimiento que marcó y dio fin a la conocida Belle Époque del arte.
Si hablamos de Die Brücke como estilo artístico cabe señalar que dentro de sus características principales destacaron las siguientes tres:
- Los colores estridentes
- Las líneas caóticas
- Los múltiples ángulos
Los temas preferidos por estos artistas eran los cargados de ansiedad y deformaciones. A la vez que nos presentaron sus propias inquietudes psicológicas también retrataron la sociedad decadente de principios del siglo XX. La presencia del simbolismo de Munch y el uso de colores y técnicas como las de Vincent van Gogh y Paul Gauguin son apreciables claramente. Algunos discuten lo innovador del Die Brücke plásticamente hablando, como ya mencioné me concentro y enfoco más en lo que el movimiento significó como estilo de vida y arte de protesta.
Cronológicamente al Die Brücke le siguen movimientos artísticos que ya he comentado anteriormente como lo son Der Blaue Raiter y el Orfismo.