Fernando Botero
El 19 de abril de 1932 nació en Medellín, Colombia el pintor y escultor Fernando Botero. En la Historia del arte la crítica ha catalogado el estilo y lenguaje pictórico de Botero como boterismo, algo que evidentemente indica la trascendencia e importancia de su huella en el marco artístico.
El arte figurativo de Botero, en el que las formas se identifican con el concepto de figura, aunque con su toque personal y único, se puede identificar con el Neorrenacentismo Contemporáneo, compartiendo también algunas tendencias neobarrocas.
Fernando Botero, Gato. 1990.
Aunque no se colocó, ni siguió directamente ninguno de los movimientos vanguardistas del siglo XX, muy a su vera, Fernando Botero elaboró una vanguardia propia. Las principales vanguardias del siglo XX, en teoría, buscaron romper con el arte tradicional, pero en la práctica encontramos vástagos e incluso vasallaje del arte que en su manifiesto criticaron. Botero por el contrario con cimientos y cánones preestablecidos fraguó y emprendió su crítica.
Fernando Botero, Autorretrato.
Fernando Botero no es un artista estático en cuanto a temas se refiere. En su pintura aparecen sus interpretaciones sobre una amplia gama de ideas como lo son el hombre, la mujer, los sentimientos, las pasiones, el dolor, el vicio, las costumbres, personajes y acontecimientos históricos, obras de arte icónicas, la naturaleza y un sinfín variado de temas.
Fernando Botero, La Mona Lisa a los 12 años.
La característica principal de la pintura y la escultura de Botero es la Volumetría Exaltada con que trata a los protagonistas de sus obras. La acentuación es tan marcada que incluso da la noción de tridimensionalidad en sus creaciones.
Peter Paul Rubens, Las tres Gracias .c. 1635.
La hiperbólica representación en el arte de Botero enfatiza la anatomía humana-animal y es lograda mediante el uso de pinceladas pequeñas y concisas en la pintura y abrumadoras proporciones en la escultura. Personalmente considero Las tres Gracias de Rubens como motor de inspiración para el boterismo. Veo en esa fina y delgada línea entre las cataratas de carne y la abundancia, la génesis de la carrera de Botero. En conjunto a las figuras de la época colosal de Pablo Picasso, son influencias evidentemente claras en el boterismo.
Pablo Picasso, Dos mujeres corriendo por la playa. 1922.
Fernando Botero, El matrimonio Arnolfini. 1978.
Botero no tiene paradigmas en cuanto a la cuestión temática de su plástica. Igual y como encontramos arte sobre el pasado también aparecen obras alusivas al presente y el arte contemporáneo. Lo que sí señalo, es el uso del color vivo y una paleta de colores completamente brillante que sin lugar a dudas hace recordar el Renacimiento Italiano y el Renacimiento Nórdico.
Algunas tonalidades inclusive se asemejan a los colores imposibles que el Greco logró gestar en su paleta. No es de menor importancia destacar la sutiliza y fineza con que son tocados los elementos de las obras y los cuales son responsables de causar la ironía y la crítica mordaz en el arte de Fernando Botero.
Fernando Botero, Abu Ghraib 42.
Algo de lo que no me puedo quedar callado es en la serie Abu Ghraib, de Fernando Botero. Esta serie está inspirada en las torturas a los presos en las cárcel de Iraq, Abu Ghraib, por parte de los soldados estadounidenses. En total son 80 obras entre pinturas y dibujos. De forma general puedo decir que ha sido una de las series que más me impactó. Hacía tiempo, creo que desde mi apreciación y estudios de las Pinturas Negras y los Caprichos de Goya, que un arte no colisionaba de manera tan profunda en mí.
Fernando Botero, Abu Ghraib 66. 1932.
Más allá de la rudeza y crudeza de las escenas, que presentan las humillaciones que sufrieron muchos prisioneros de guerra iraquíes, esta serie es otro ejemplo de la animalización del hombre, que tan superior se dice ser de las bestias. Han pasado siglos de historia, guerras atroces e instituciones macabras como la Inquisición y las Cámaras de Tortura, aún así el hombre no ha aprendido las lecciones.
Fernando Botero, Abu Ghraib 65.
Aquí también Fernando Botero mostró su grandeza y firmeza, a pesar de que 10 museos estadounidenses se negaron a presentar la colección, Botero no se detuvo y se trasladó a Europa donde la exhibición fue acogida y causo impactó mundial. La crueldad con que son tratadas las imágenes no son ajenas a la realidad sucedida y por medio de la misma Botero hace un llamado a la humanización del hombre a la vez que reclama y aboga por los derechos civiles.
Fernando Botero, Adán
Fernando Botero es mucho más que la expresión «Las gordas de botero», como artista plástico ha tocado temáticas como la desigualdad social, la identidad y las convenciones sexuales, la intriga política y los conflictos mundiales. Su versatilidad le permite barajarse a través de la historia para llevar una voz imperante en favor de los desfavorecidos. Botero, a mi criterio, es otro de los grandes hijos de América Latina.
El arte de Fernando Botero, igual y como le pasó a muchos, en sus inicios no fue bien recibido ni por el público, ni por la crítica. Sin embargo, un artista fehaciente en su objetivo continuó y modificó algunos preceptos que le permitieron alcanzar no solo la fama, sino también el respeto mundial. Fernando Botero ha tenido el lujo de exponer sus obras en lugares destacados como Los Campos Elíseos en París, La Quinta Avenida de Nueva York, La Plaza de la Señoría en Florencia y Las Pirámides de Giza en Egipto.
Fernando Botero, Pasión de Cristo.
Para cerrar esta entrada y ya que estamos en semana santa y la conmemoración de los sucesos de la llamada Semana Mayor, adjunto esta última imagen, arriba, que presenta la pasión de Cristo según Fernando Botero.