El crimen del siglo

El primero de marzo de 1932 el hijo de Charles Lindbergh, famoso por ser el primer aviador en cruzar el atlántico sin escalas, fue robado de su habitación en un segundo piso, dejando como única evidencia una escalera hecha a mano en la ventana.

Evidencias caso Lindbergh

Efectivamente se trató de un secuestro y el victimario exigía 50,000 dólares en certificados de oro. Charles Lindbergh, sin más, hizo el pago, pero a su vez fueron retirados del mercado los números de serie para así tener una pista y rastrear al criminal en el momento en que se cambiaran los mismos. Lo más triste del caso es que aunque Charles pagó la cantidad acordada su hijo no apareció.

Charles Lindbergh Jr.

Charles Lindbergh Jr.

Pasados algunos días, en una finca cercana a la casa de los Lindbergh se halló un cuerpo de bebé en avanzado estado de descomposición con aparentes síntomas de golpes en la cabeza. El cuerpo correspondió al hijo de Charles Lindbergh.Publicidad de búsqueda

El crimen que conmocionó a la sociedad mundial de mediados del siglo XX quedó sin resolver hasta pasados dos años cuando un inmigrante de origen alemán; Bruno Richard Hauptmann fue identificado cambiando uno de los certificados obtenidos por el rescate del secuestro. El canje del certificado junto al alto pasado delictivo fueron suficientes para encarcelar y enjuiciar a Hauptmann.

Bruno Richard Hauptmann

La manipulación de la prensa convirtió a Hauptmann en el hombre más odiado a nivel mundial y debido a la fama de Charles Lindbergh, el delito se conoció como el Crimen del siglo. Aún así todas las pruebas obtenidas fueron circunstanciales, Hauptmann tuvo una buena coartada para cada una de las interrogantes del crimen y siempre se declaró como inocente.

La defensa intentó alegar que el secuestro fue gestado desde adentro de la casa Lindbergh, pero ante el hallazgo de los certificados de oro en el garaje de la residencia Hauptmann el jurado culminó por declararlo culpable y sentenciarlo a la pena de muerte.  El acusado indicó que la caja encontrada en su domicilio era de un amigo alemán que regresó a Europa y falleció allá.

Charles Lindbergh

Charles Lindbergh

La señora Hauptmann siempre alegó la inocencia de su esposo y en la noche del 16 de octubre de 1935 el gobernador del estado de Nueva Jersey; Harold G. Hoffman visitó a Hauptmann y solicitó una revisión de sentencia en el Tribunal de Apelaciones. Hechos como que el gobernador en persona visitó la sala de los condenados a muertes y que años posteriores Hoffman estuvo involucrado en casos de malversación de fondos, le dan un toque misterioso y especulador a este caso.

También se suman otras irregularidades como el que un reportero admitiera escribir y colocar el número del intermediario del rescate en un escritorio de Hauptmann, uno de los testigos que aseguró ver al secuestrador cerca de la casa Lindbergh era legalmente ciego, la abrumadora intervención de la prensa y que la policía manipuló las tarjetas de marcaje de tiempo del trabajo del acusado y no prestó atención a sus compañeros que indicaron que Hauptmann estuvo presente en su trabajo el día del secuestro.

Anna and Richard Hauptmann

Anna and Richard Hauptmann

A pesar de las anomalías, algunas dudas de culpabilidad y los intentos de apelación, la hipótesis del fiscal indicó que Hauptmann como era carpintero construyó la escalera que al tener un peldaño roto indicaba que el bebé se le cayó y recibió el fuerte golpe en la cabeza que le ocasionó la muerte, como confirmó la autopsia.

La hipótesis fue tomada como un hecho y tras la declaración de culpabilidad, el 3 de abril de 1936 fue ejecutado en la silla eléctrica Hauptmann ante un público de 50 invitados. La familia Lindbergh se había trasladado a Inglaterra tras constantes amenazas hacia su segundo hijo.

La magnitud de este crimen estableció el secuestro como delito federal en el código legislativo de los Estados Unidos de América con el nombre de Ley Lindbergh.

Electric chair

Electric chair

Como nota curiosa  a esta entrada, Charles Lindbergh visitó la isla de Puerto Rico en su gira de «Buena Voluntad». Lindbergh esperando una ovación por parte de los isleños, acabó decepcionado. Encontró un público en el que había simpatizantes y portavoces de la independencia de la isla cansados de la crisis económica y los abusos de Estados Unidos.

Limbers, Puerto Rico

La mayoría de los puertorriqueños coincidieron en el fracaso de su buena voluntad decepcionados por la frialdad emocional de Lindbergh. Puerto Rico tiene la tradición de congelar diferentes jugos y comerlos a manera de helados, este «postre» típico de la isla pasó a llamarse «Limber» por su característica fría y dura en honor a Lindebergh.

También a raíz de esta visita los borinqueños adoptaron la expresión «es más frío que un Limber,» dado que Puerto Rico es un país hispanohablante al que todavía hoy se le intenta convertir en angloparlante, muchas palabras, en este caso un apellido, suelen escribirse como se escuchan.

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